Clive Staples Lewis fue un crítico y escritor de origen irlandés nacido en Belfast el 29 de noviembre de 1898. Descrito como un joven ateo, desde los quince años demostró un fuerte interés por la mitología griega y, posteriormente, por la mitología nórdica que ejercerían influencia en sus futuras obras. A los dieciocho años ingresa a la prestigiosa Universidad de Oxford, en la cual completa sus estudios, y allí ejerce como tutor y afiliado en el consejo de gobierno de esta institución entre los años 1925 y 1954.En 1936 escribe su primera obra, Alegorías del amor, un tratado en el que describe y analiza el tratamiento del tema del amor dentro de la literatura medieval. Esta obra podría considerarse como la que consolidó su prestigio en el ámbito académico. En 1931 ocurre un cambio en sus creencias religiosas: C. S Lewis decide “convertirse” al cristianismo. Esto fue motivado por la estrecha amistad que mantenía con el reconocido escritor británico John Ronald Reuel Tolkien, autor de El Señor De Los Anillos. A partir de este punto, C. Lewis comienza a publicar sus estudios religiosos, entre ellos destaca Cartas del diablo a su sobrino (1942) una obra satírica en la que un diablo le da instrucciones a su sobrino principiante sobre como corromper el alma humana. En 1950 publica El león, la bruja y el ropero, el primer libro de la serie de siete libros pertenecientes al género fantástico que podría considerarse la más reconocida obra de su carrera literaria: Las Crónicas de Narnia. Esta serie narra las aventuras de unos niños que por designios de Aslan, una figura mítica de la obra, tienen que ayudar a los habitantes de un reino ficticio llamado Narnia en tiempos de guerra. Esta obra está conformada por: El león, la bruja y el ropero (1950), El príncipe Caspian (1951), La travesía del Viajero del Alba (1952), La Silla de Plata (1953), El caballo y el muchacho (1954), El sobrino del mago (1955) y La última batalla (1956).
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C.S Lewis, desde Gettyimages |
Las Crónicas de Narnia: La última batalla
En el libro final de la serie, La última batalla (2006), se expone un mundo apocalíptico en el que los protagonistas deben encontrar la forma de salvar a las personas que puedan y hacerlos recuperar su fe.
Durante la ausencia de Eustace y Jill ocurren muchas cosas: Tirian, el actual rey del país y descendiente de Caspian X, descubre que se gesta una conspiración en contra de los valores y creencias de los gobernantes y habitantes de Narnia. Un mono llamado Triquiñuela,víctima de la codicia,engaña a su amigo Puzzle, un asno honesto, para que vista una piel de león ajustada para su cuerpo con el fin de simular ser Aslan y así poder manipular a los narnianos a su antojo. Éstos, creyentes de que Aslan es quien los comanda, deciden rendirse ante los antiguos enemigos de Narnia: los calormenos, volviéndose así sus esclavos.
Al regresar a Narnia, Eustace y Jill se encuentran con un reino totalmente distinto. Gracias a las manipulaciones del mono,se han inculcado nuevas creencias en las mentes de los súbditos tales como que Aslan y el horrible dios Tash de los calormenos son la misma entidad. Esto impulsa a muchos narnianos a dejar de creer en la concepción de un Aslan real. En este último libro se relata la caída y muerte de Narnia, cómo las decisiones tomadas pueden impulsarlo hacia la luz de la vida eterna o la oscuridad del olvido.
De acuerdo a lo anterior, es posible preguntarnos lo siguiente: ¿Las acciones de los personajes se ven motivadas por creencias religiosas particulares?; ¿Cuál es el tratamiento dado a las creencias religiosas y filosóficas que coexisten en la obra?A través del análisis de algunos pasajes literarios presentes en el libro La última batalla (2006) de C. S. Lewis se pretende demostrar y analizar cómo en la obra la influencia cristiana del autor determina buena parte de la acción de la misma. De igual forma se intentará describir si el tratamiento ofrecido a otros personajes pertenecientes a otras culturas, creencias religiosas y filosóficas como el islamismo, la teoría de la evolución, ateísmo y otros movimientos presentes en el texto.
Las Crónicas de Narnia y lo fantástico
Dentro de esta investigación se tomarán en cuenta conceptos como la religión, teorías científicas como la evolución y el ateísmo. Pero, es preciso considerar un factor importante el hecho de ubicar de forma breve a la obra dentro de un género literario con el fin de contextualizar al lector sobre la forma en la que los elementos que se analizarán son presentados dentro de la obra. Tzvetan Todorov en su escrito Introducción a la literatura fantástica (1981) define lo fantástico como un estado entre lo real y lo extraño, en el que el lector necesariamente tiene que cumplir con una vacilación “entre una explicación natural y una explicación sobrenatural de los acontecimientos evocados.” (p 24). Esto puede reflejarse cuando en La última batalla, Eustace relata al rey Tirian la historia de cómo llegaron a Narnia con la finalidad de ayudarlo:
Así que subimos al tren, que es una cosa en la que la gente viaja en nuestro mundo: una serie de carros encadenados entre sí […] Bueno, pues ahí estábamos en el tren, y llegábamos ya a la estación donde se iban a reunir con nosotros […] cuando de improviso se produjo una sacudida y un ruido espantoso: y a continuación nos encontramos en Narnia. (Lewis, 2006, p.76)
A partir de esto, se pueden inferir dos explicaciones: una “natural” evocando a un accidente y estados de ensoñaciones debido al mismo y una “sobrenatural” tomando esa sacudida como acto de magia con lo cual se puede comprobar, de forma evidente, que esta obra se sitúa dentro del género fantástico.
Influencias del cristianismo y presencia de las mismas en la última batalla
Tomando en cuenta el aspecto religioso, la religión, según el Diccionario de la Real Academia Española (2014), es definida como “Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.”
Es necesario conocer este concepto pues como ha sido resaltado, la vida del autor C. S. Lewis se vio fuertemente influida por la religión cristiana. Este influjo posteriormente predominó en sus obras literarias.
Por otra parte, antes de analizar el texto es necesario aclarar la noción del cristianismo. Dicha noción es descrita por Brian Wilson en su libro Cristianismo (2001) como “la mayor tradición religiosa del mundo con 1.8 millones de fieles” (p.19), el cristianismo se puede definir como una religión monoteísta que fue pronunciada como dogma oficialmente en el año 384 d.c. por el Imperio romano (p.8). De acuerdo con Manuel Guerra en su libro Historia de las Religiones (1999), en la actualidad tiene muchas derivaciones pero sus rasgos comunes son principalmente tres: el monoteísmo trinitario (La Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo), creer en Jesús de Nazaret y tomar al bautizo como método de integración a la iglesia cristiana. (p.333). En el cristianismo, se tiene la firme creencia en un dios benevolente y celoso que no permite idolatría alguna hacia otros dioses por parte de sus creyentes.
De acuerdo a esto, se puede inferir a lo largo de la heptalogía de libros que quien asume el rol de divinidad es Aslan, el león todopoderoso. En El sobrino del mago (1955) y El príncipe Caspian (1951) pueden apreciarse claras alusiones a esto, pero en La última batalla se puede encontrar quizás la más evidente (tal vez a manera de conclusión de los libros) referencia a Aslan como representación de la deidad cristiana dentro de las obras. Esto sucede finalizando el relato, cuando finalmente los héroes se encuentran en la ansiada “Tierra de Aslan”:
⎯Aún no parecéis tan felices como deseo que seáis.
⎯Tenemos miedo de que nos eches, Aslan⎯respondió Lucy⎯. No has enviado de vuelta a nuestros mundos tantas veces…
⎯No existe la menor posibilidad de eso⎯respondió él⎯. ¿No lo habéis adivinado? […] Realmente hubo un accidente de ferrocarril. Vuestros padres y todos vosotros estáis como acostumbráis a llamarlo en el País de las Sombras, muertos. […]
Y mientras hablaba, ya no les pareció un león. (Lewis, 2006, p.259)
La última línea indirectamente sugiere al lector que Aslan reveló a los protagonistas finalmente su verdadera forma de deidad, presumiblemente la figura de Cristo.
El islamismo y la figura del dios pagano “Tash”
Una vez evidenciada la influencia del cristianismo presente dentro de la obra, se puede reemprender una de las preguntas implícitas dentro de esta investigación: ¿Están siendo tratados con menosprecio las otras creencias que interactúan dentro del escrito? En este apartado será desarrollado el tratamiento ofrecido al islamismo en el libro.
Según Guerra (1999), el islam es una religión monoteísta cuya deidad es el dios Alá (Allah, en su idioma original). Poseen cinco obligaciones ético-religiosas o también denominadas “pilares islámicos”: la profesión de fe (el equivalente al bautismo en el cristianismo), la recitación de la oración canónica, la limosna (un impuesto sobre la mercadería destinado a los pobres y necesitados), el ayuno y la peregrinación a La Meca.
En La última batalla, los seguidores del islam son representados por el pueblo calormeno, provenientes de la calurosa y árida tierra de Calormen (una posible referencia al Medio Oriente), siempre rudos, morenos, crueles y malvados. En La última batalla (2006) los habitantes de esta tierra tienen un papel antagónico y junto al mono, Triquiñuela, forjan una alianza para manipular a los narnianos y volverlos esclavos.
La figura de Alá es encarnada por Tash, descrito en el libro como un ser malévolo, color gris, transparente y con olor a muerte.
Tenía más o menos la forma de un hombre, pero con la cabeza de un pájaro; un pájaro de presa con un pico curvo y muy afilado. Tenía cuatro brazos que sostenía muy por encima de la cabeza […] y los dedos ⎯los veinte⎯ eran curvos como el pico y mostraban largas zarpas afiladas. […] Flotaba sobre la hierba en vez de andar, y la hierba parecía marchitarse a su paso. (Lewis, 2006, p.119)
Este pasaje discurre mientras los héroes tratan de resguardarse después de un infructuoso ataque al establo donde se encontraba el mono, al ver a esta criatura lo identifican como Tash y declaran que ha venido por invocación a acabar con Narnia.
Un aspecto resaltante sobre la representación de Tash es el atributo que se agrega a su nombre en la obra, pues de acuerdo con Guerrero (1999) “A Alá se le aplica […] como al dios cristiano, todos los atributos, ya negándole todas las imperfecciones, […] ya atribuyéndole todas las perfecciones pero en grado sumo ‘omnipotente, eterno, clemente’” (p. 280) Mientras que el que usan los calormenos para referirse a su dios es “Tash, el inexorable.”Esta palabra definida por el Diccionario de la Real Academia Española (2014) como algo que “no se puede detener” o en su segunda acepción como “que no se deja vencer con ruegos.” Y esto, teniendo en cuenta el contraste entre el atributo otorgado a Alá en el islamismo e inclusive los honoríficos concedidos a Aslan en la obra, evidencia el tratamiento despectivo dispensado hacia esta figura religiosa. Todo esto hace que, en resultado, el atributo del dios Tash posea una connotación negativa para el lector.En adición, los protagonistas y Aslan en varios pasajes del escrito al referirse a Tash lo aluden como un “demonio” confirmando, finalmente, el tratamiento despectivo que recibe el islam en la obra, aclarado a profundidad por Aslan:
Somos opuestos… Tomo para mí los servicios que le has prestado. Pues él y yo somos tan diferentes que ningún servicio que sea infame puede ofrecérseme a mí y ninguno que no lo sea puede prestársele a él. Por lo tanto, si alguien jura por Tash y mantiene su juramento cueste lo que cueste, es en mi nombre por el que ha jurado en realidad, aunque no lo sepa, y yo soy quien se lo recompensa. Y si alguien lleva a cabo una crueldad en mi nombre, entonces, aunque pronuncie el nombre de Aslan, es a Tash a quien sirve y es Tash quien acepta su acción. (p. 235-236)
Triquiñuela: una alusión a la Teoría de la evolución
Triquiñuela, el mono, es el personaje antagónico de La última batalla y el único narniano durante todos los libros. Es detallado como “el mono más listo, feo y arrugado que puedan imaginarse.” (Lewis, 2006, p. 7), representa la depravación moral. Entre los denominados pecados capitales del cristianismo, se puede señalar lo que él ostenta: la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la soberbia y la envidia.
Aunque todas esas características que posee Triquiñuelas (Shift en inglés) y el significado de su nombre lo convierten en un ser infame, desde la perspectiva del lector, se halla un aspecto aún más sobresaliente sobre este personaje. El hecho de que haya sido creado con la figura de un mono suscita conjeturas ya que no se puede suponer que sea esto por mera casualidad. Estas sospechas se afianzan al analizar un pasaje del libro en el que Triquiñuela dice:
⎯Y ahora hay otra cosa que debéis de aprender⎯siguió el mono⎯. He oído que algunos de vosotros vais diciendo que soy un mono. Bueno, pues no lo soy. Soy un hombre, si tengo aspecto de mono es porque soy muy viejo: tengo cientos y cientos de años. Y debido a que soy tan viejo, soy muy sabio. Y debido a que soy tan sabio, soy el único a quien Aslan va a hablar jamás. (Lewis, 2006, p. 47)
A partir de esto, se puede analizar este discurso en diferentes partes:
Primeramente, en la sección que enuncia “He oído que algunos de vosotros vais diciendo que soy un mono. Bueno, pues no lo soy.” Alude directamente a la teoría postulada por Charles Darwin en su libro El Origen de las especies (1859) en el que, entre otras hipótesis, postula la teoría de que el ser humano y el mono descienden de una rama común en un pasado remoto; por eso, segundamente, Triquiñuelas también manifiesta: “si tengo aspecto de mono es porque soy muy viejo: tengo cientos y cientos de años.” Cabe destacar que esta teoría ha creado controversias y debates que continúan aún en la actualidad, por un lado se encuentran los defensores de este postulado y por otro los oponentes, quienes defienden a la teoría creacionista.
Por otro lado, cuando leemos “Y debido a que soy tan sabio, soy el único a quien Aslan va a hablar jamás.” Puede referirse al hecho de que este postulado de Darwin (y la ciencia en general) es considerado por muchos como un factor que está alejando a las personas de la fe religiosa y es altamente defendido por las personas creyentes de la doctrina atea.
Los enanos son para los enanos: el ateísmo dentro de la obra
Guerra (1999) describe, por un lado, el ateísmo como:
Una palabra omnipresente en nuestro campo, […] acentúa la actitud radical de desconocimiento desinteresado por Dios y lo religioso…. (p. 379)
Por otro lado, Michael Martin en su libro Introducción al ateísmo (2010), define al ateísmo como:
Aquella creencia según la cual Dios no existe. […] Sin embargo no es un significado exacto si partimos de las raíces etimológicas en griego. En griego, «a» significa «sin» o «no» y «theos» significa «Dios». Por lo tanto, desde este punto de vista, un ateo es alguien que carece de fe en Dios, lo que no implica necesariamente que ese alguien niegue la existencia de Dios. (p. 19-20)
No es de sorprender que estos dos conceptos contrasten, ya que provienen de fuentes totalmente opuestas. Uno de un libro de introducción a la teología y otro que estudia las nuevas ramas que ha adoptado el ateísmo. Es bastante común observar este choque de opiniones en libros de ámbito religioso por lo que no toma por asombro encontrar referencias sobre el ateísmo dentro de La última batalla. Estas alusiones se encuentran presentes en los personajes de los enanos, controversiales por haber estado en un principio a favor de la primera enemiga de Narnia, la bruja blanca en El león, la bruja y el ropero (1950).
En La última batalla (2006), los enanos engañados por las manipulaciones del mono Triquiñuela y los calormenos, son sometidos y casi enviados a las minas para ser esclavos. Gracias a que el rey Tirian y sus amigos son rescatados, y ellos que ya tenían en su posesión a un muy afligido y arrepentido Puzzle deciden detallarles la verdad: habían sido timados por el mono. Los protagonistas de la historia pretenden tenerlos como aliados una vez liberados pero la reacción de los enanos no es la que ellos esperaban: una vez que Tirian les pide unirse a su causa ellos les responden:
⎯Vaya⎯dijo el enano negro⎯, no sé cómo os sentís vosotros, amigos, pero a mí me parece que ya he oído todo lo que quiero oír sobre Aslan durante el resto de mi vida.
⎯Es verdad, es verdad⎯gruñeron los otros enanos⎯. Es todo una treta, una maldita treta.
⎯ […] Ya nos han embaucado una vez y ahora esperas que nos dejemos embaucar una vez más, no vamos a aguantar ningún otro cuento más sobre Aslan […] ya nos engañaron una vez y no van a engañarnos de nuevo. (Lewis, 2006, p. 106-107).
Y a partir de eso se suscita una rebelión en contra de los reyes y de Aslan, ellos afirmando que ya no desean más reyes ni más “Aslanes.” Concluyen diciendo “Se acabó Aslan, se acabaron los reyes, se acabaron las historias estúpidas sobre otros mundos. Los enanos son para los enanos.” (Lewis, 2006, p. 89) Y se marchan renunciando así a toda fe.
Claramente se puede interpretar como una advertencia sobre el carácter arduo de “las pruebas destinadas a la fe” y podría terminar allí el análisis pero estos personajes renegados se presentan en otros dos puntos resaltantes de la historia que se procederán a analizar a continuación.
El pueblo enano vuelve a aparecer en el clímax de la historia: la batalla frente al establo del mono. Donde Tirian, Eustace, Jill y sus aliados batallan por su vida contra los calormenos mientras que los habitantes de Calormen intentan empujarlos dentro del establo para ser sacrificados ya que sospechan que el dios Tash se encuentra en el interior del mismo y quieren que sus ofensas sean perdonadas. Gracias a los perros, los protagonistas obtienen refuerzos y cuando vislumbran la esperanza de ser los ganadores de la batalla, los enanos hacen su aparición y asesinan tanto calormenos como narnianos con el argumento de que “los enanos son para los enanos” y no desean más gobernantes. Finalmente, los enanos son atados y enviados a la fuerza al establo por los calormenos para enfrentarse a un futuro poco ameno.
El último pasaje en el que aparecen estos contradictorios personajes es en un reflexivo final, en el que se encuentran en El País de Aslan pero no pueden percibirlo, a través de sus ojos ellos se encuentran encerrados y atados dentro del oscuro establo. E hiciesen lo que hiciesen no les era posible cambiar esa percepción. Llorando, los protagonistas piden clemencia a Aslan pero éste les responde con tristeza que le es imposible hacer algo por ellos ya que decidieron adoptar “la malicia en lugar de la fe” (p. 212). Y así la alegoría sobre la falta de fe como motivo de sufrimiento, es decir, sobre cómo es un impedimento hacia la entrada de lo concebido como “paraíso” o “País de Aslan”, finaliza con los enanos diciendo: “Al menos no nos han engañado. No hemos dejado que nadie nos tome el pelo. Los enanos son para los enanos.” (p. 212).
Conclusión
El escritor C. S. Lewis en su libro La última batalla (2006) deja entrever a través del análisis minucioso de su obra, fuertes influencias religiosas dentro de la trama del texto. Éstas, de hecho, dictaminan gran parte de la historia.
De acuerdo con lo analizado en la extensión de esta investigación, fue posible demostrar que existen muchas alusiones a otras creencias religiosas y filosóficas en la estructura profunda del texto, todas al ser contrarias al dogma cristiano obtienen un tratamiento diferente y mayormente negativo dentro de la trama. Casi se puede afirmar con toda certeza que la doctrina cristiana C. S. Lewis que seguía en su vida personal influyó en la creación de los personajes de las Crónicas de Narnia y sus acciones dentro del argumento.
Referencias
Darwin, C. (1859). El origen de las especies. (1era ed.) Madrid: Ediciones 74.
Guerra, M. (1999). Historia de las religiones. (1era ed.) Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
Lewis, C. (2006). La última batalla. (1era ed.) Barcelona, España: Planeta SA.
Martin, M. (2010). Introducción al ateísmo. (1era ed.) Madrid: Ediciones Akal.
Real Academia Española. (2014). Diccionario de la lengua española (23.a ed.). Madrid,España:Autor.
Todorov, T. (1981). Introducción a la literatura fantástica. (2da ed.) D.F: Premia.
Wilson, B. (2001). Cristianismo. (1era ed.) Madrid: Ediciones Akal.
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